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lunes, 1 de octubre de 2012


I-Paseo al Parque O'Higgins

"Y llegamos todos súper contentos al Parque O'higgins, con los compañeritos muy alegres a pasar el rato agradable. Mientras avanzábamos por el pasto y sorteábamos los "mini ríos" que se forman en el, vi, de reojo, cierta forma larga y extraña, proveniente de los riachuelos. Cuando me di vuelta para confirmar de qué se trataba, la forma de estos me indicaba que eran tentáculos, como el de cualquier molusco octópodo. Los tentáculos salían de todos lados y nos rodeaban, palpando a las personas con total confianza y soltura. La gente empezó a gritar y un tipo, con jardinera, boina y bigote, que parecía ser el conserje o guardabosques del lugar, quito el candado de una de estas puertas que se abren girando una manilla circular y que son (o eran) bastante usadas en los ríos para manejar su cauce. Cuando la abrió, el volumen de agua que ingresó a los riachuelos se vio notablemente incrementada, dando paso a un animal que venía nadando en esa dirección. El ser acuático en cuestión, parecía, por su aleta dorsal, el típico tiburón. Al mirar el bicho con más dedicación note que era un híbrido entre un Tiburón blanco (Carcharodon carcharias) y una Orca (Orsinus orca), siendo más notoria la forma del escualo que la de cetáceo, aunque su pigmentación era totalmente reconocible, como la de este ultimo.

Este "tiburorca" paso a gran velocidad hacia el "archipiélago" donde estábamos parados y dio la impresión de atacar al "pulpo". Sea como sea, las extremidades confianzudas se retrajeron al momento en que el Jardinero/guardabosques señala con el índice el cielo: "Miren!"-dice. Por alguna razón yo me encontraba bastante cerca de él, (a su izquierda), mientras alguien más, que no recuerdo, estaba en su derecha. Al mirar lo que el hombre indicaba, vimos 4 "estrellas" cayendo del horizonte, y mientras lo hacían se separaban de su punto de origen. Como sea, estas luces tocaron tierra bastante cerca una de las otras. El Jardinero entonces nos toca el hombro a ambos y nos empuja en dirección al suelo, diciéndonos: "muestren respeto" y nos hace posar una rodilla en el suelo, como aquel caballero que espera, orgulloso, la investidura del rey.

Nos arrodillamos entonces como dictó el jardinero, y cuando miré el horizonte nuevamente, las luces se habían convertido ya en formas humanas. Estos "seres" venían ataviados con sandalias de correas, y una prenda que, (desconozco como se llaman) parecía las antiguas vestiduras egipcias. Esa es justamente la impresión que me dio cuando los vi "dioses egipcios" con sus formas cuerpo de hombre-cabeza de bestia.

Cuando mire hacia sus caras me llamo la atención sobremanera confirmar que si tenían cabezas de animales, pero no su carne. Los cráneos eran, según vi, un Carnero (Ovis orientalis musimon), un Caballo (Equus ferus caballus), un Gato (Felis catus) (u algún otro carnívoro afín) y el cuarto no lo distinguí bien. Acercándose a paso veloz hacia nosotros, supe que era el fin del mundo, tal como lo conocía..."